El otro día prometí compartir la receta de esta sencilliiiiisima tarta, que de lo ridícula que es yo creo que no se nos ocurre probarla, pero os aseguro que está buena
Si buscáis por la red encontraréis muchas formas de elaborarla pero lo básico es lo siguiente: un paquete (o dos) de galletas tostadas rectangulares. Un molde cuadrado o rectangular. Leche o relleno. Decoración.
Mi versión es preparar un molde caramelizado. Poner capa de galletas, capa de natillas suaves (aromatizadas bien de limón, chocolate o café), capa de galletas, natillas… Alternar y acabar con galletas. Mantener en frigorífico unas 4 horas y desmoldar (pasando la punta de un cuchillo entre la tarta y el molde)
Otra versión que hago para “muy golosos” es remojar las galletas en leche chocolateada (o con un poco de café soluble y así no está taaan dulce) y decorar con chocolate de cobertura. Antes de que se endurezca le pongo bolitas o fideos de azúcar de colores.
¡¡Ya me contaréis vuestras modificaciones y cómo quedan!!
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