Al final nos hemos decidido por la versión “tradicional” de preparar a Jack O’Lantern , y ha sido por varios motivos: el primero es que quería que mi hija mayor pudiera ayudar, y tengo experiencia que con calabazas grandes se cansan enseguida, y la segunda es que todavía guardaba una calabacita del año pasado y estaba a punto “de caramelo”, esto es, bastante más hueca que las de este año.
A continuación os dejo con el proceso:
Así quedo “Ceferino”; con cabeza es culto, inteligente y buen conversador, sin su casco -cerebro- se llama “Fefe” y habla peor que un paleto de pueblo sin dientes, además de que es tonto, tonto, tontooooo
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